Siempre se dice que en Internet se puede encontrar de todo. Pero ahí radica también su mayor inconveniente; debido a la enorme cantidad de información y el crecimiento espectacular que está sufriendo, es difícil, sin ayuda, encontrar algo sobre un tema concreto.
Para facilitar la labor de búsqueda, se ha desarrollado un tipo de programas que funcionan por todo el mundo y a los que se accede como a un servidor Web más: son los buscadores.
Los buscadores se nos presentan como páginas de Web y tienen, principalmente, dos formas de trabajar bien diferenciadas:
En la primera, nos encontramos ante una pantalla donde introduciremos las palabras claves relacionadas con el tema que nos interese, después elegiremos el tipo de búsqueda (un AND lógico de las palabras introducidas, un OR, etc.) y para finalizar pulsaremos en el botón con la palabra "Search" (o algo parecido). En breves instantes (o no tan breves, pues depende de lo saturada que esté la línea y de la velocidad del buscador), aparecerá una lista con varias direcciones y un pequeño resumen sobre lo que podremos encontrar en ellas (lo normal es que aparezcan en grupos de unos 20). Dependiendo de la complejidad del buscador, del algoritmo utilizado y de lo concreta que hayamos hecho la búsqueda, esta lista será más o menos grande. Un ejemplo de este tipo de buscadores es AltaVista, de la compañía Digital.
En la segunda nos encontraremos con un menú clasificado de temas a los que iremos accediendo aproximándonos sucesivamente en nuestra búsqueda.